Por:
Laura Rosales
Sara García está pálida…
está muerta en medio de un montón de gente, tiene una coronita de papel
aluminio en la cabeza, las manos cruzadas sobre el pecho, la circunstancia
parece solemne.
De pronto, una voz
en off ordena a la multitud que rodea al cadáver:
-¡No miren a la
cámara por favor! …y las mujeres hagan como que rezan… ¡pero todas lo mismo eh!...
Después, esa misma
voz se dirige a uno de los hombres que rodean el cadáver de la difunta Sara
García:
-¡Señor!, ¡Oiga
señor! ¡Oiga!, ¡Psss, señor hijo!, bese
a su mamá y luego levanta la vista al cielo así, a ver…
El hombre duda un
poco pero finalmente besa a Sara García y, tal como se lo pidieron, levanta la
vista al cielo. La voz off felicita al hombre:
-Muy bien señor
hijo, muy bien…
Y continúa dando
órdenes, ahora a un camarógrafo que no vemos:
-Bájate a la
viejita, acércate más… que se vea bien la coronita… así. Ahora, bájate hasta
las manitas con el crucifijo…. Pero ¡Señoras, las que están rezando, recen con
más fervor, con más entusiasmo! ¡Que se noté!
Los
antecedentes
En 1994 la revista
Somos publicó la Lista de las 100 mejores películas del cine mexicano; en la
realización de esta lista contribuyeron personajes como el historiador y
crítico de cine Jorge Ayala Blanco, el escritor Carlos Monsiváis, el fotógrafo
Gabriel Figueroa y el historiador, especialista en cine mexicano, Gustavo
García.
En esta lista podemos encontrar películas como
Los olvidados, de Luis Buñuel, El lugar sin límites de Arturo Ripstein,
Ahí está el detalle, de Juan Bustillo
Oro (la película en que debutaría Cantinflas), La pasión según Berenice, de Jaime Humberto Hermosillo, El Topo, de Alejandro Jodorowsky , Como agua para chocolate, de Alfonso
Aráu, entre otras.
Hace poco, y
azarosamente, tuve la oportunidad de ver algunas escenas de una cinta que ocupa
el lugar 74 en la Lista de las 100,
en la que Sara García representa a una abuelita que dista de ser la tierna
abuelita por la que todos la identifican; fueron justamente varias escenas en
las que ella aparece las que despertaron mi curiosidad por esta cinta. La
película en cuestión es Mecánica Nacional.
Esta
cinta fue realizada en 1971, se grabó en la carretera libre a Cuernavaca. Su
director, Luis Alcoriza, de nacionalidad española, llegó a México en la década
de los cuarenta y se desarrolló como actor en la escena teatral mexicana.
Posteriormente se introduciría en la industria cinematográfica del país como
actor, guionista y director. Cabe mencionar que Alcoriza fue un frecuente
colaborador de Buñuel, escribió, por ejemplo, el guión de Los olvidados, película que ocupa el segundo lugar en la Lista de las 100. Alcoriza fue también
amigo de García Márquez, quien lo consideraba un excelente escritor
La
obra
En el filme
participan el “Señor teatro” Manolo Fábregas, como Eufemio, un padre de
familia, dueño del taller mecánico “Mecánica nacional” y aficionado a las
carreras de automóviles; la cantante ranchera y actriz Lucha Villa, quien
interpreta a Refugio, esposa de Eufemio y ama de casa. Sara García como ya
mencioné, que interpreta a la abuelita
de la familia “Doña Lolita”… cabe mencionar que éste sería el último papel
oficialmente reconocido de Sara García en el cine, aunque una buena fuente me
contó que en realidad la última película en la que actuó la abuelita del cine
mexicano fue “El sexo me da risa” , del 79, junto a Sasha Montenegro,
interpretando a una saca borrachos…. en silla de ruedas! Como las hijas de
Eufemio y Refugio actúan Alma Muriel y
Maritza Olivares. Otro personaje importante es Héctor Suárez, como “El mayor”.
Mecánica
Nacional
aborda sarcásticamente los excesos de los que una gran parte la sociedad
mexicana participa: la comida, la
corrupción, la borrachera, la violencia,
el sexo. La película exacerba la idealización de la madre mexicana y el absurdo
que hay en muchos razonamientos que parecen formar parte de un imaginario colectivo que ha perdurado en
México. A través de la cinta, frases como: “Olvídese de la ley, aquí la única
ley que vale es la ley de Herodes”, “Si el `me friegas-te friego´ es parejo,
entonces viene el balance democrático”, “madre sólo hay una”, nos hacen guiños y
nos recuerdan que en algún lugar las hemos escuchado antes.
Una de las
primeras escenas de la película nos muestra un recorrido por cazuelas repletas
de chiles rellenos, chicharrón, frijoles, y otros guisados que Doña Lolita
(Sara García) y Refugio (Lucha Villa), prepararon para llevar a la excursión a
la que irá todo la familia: todos van a pararse a lado de una carretera, quieren
ver a los automóviles y a los pilotos de
una carrera automovilística cruzando la
línea de meta. Así, toda la familia, los
compadres y amigos se reúnen en el taller mecánico y se van juntos hacia el
lugar acordado.
Una vez estando
ahí, entre un montón de gente que espera el momento triunfal en el que pilotos
y automóviles cruzarán la meta, ocurren una serie de sucesos exagerados que muestran, entre otras cosas, la
circunstancia mexicana de una época que, es crucial mencionar, recién deja atrás las manifestaciones
estudiantiles que se desarrollaron en la década de los sesenta. En una escena,
ante una injusticia, y de modo sarcástico (en general la película maneja un
tono sarcástico y ácido constante), un grupo de jóvenes gritan “¡unión
generación!, ¡unión generación!”, a modo de consigna.
Técnicamente
, en una buena parte de la película se recurre a la cámara en mano y es notorio
que existen varios saltos de luz provocados quizás por un apretado plan de
rodaje. El montaje consiste básicamente en la unión de momentos aislados
(elipsis), así podemos observar diferentes escenas: un grupo de jóvenes
bailando, una pareja comiendo, un grupo de extranjeros bebiendo, etcétera.
Varios de estos momentos buscan acentuar supuestas características de la
cultura en México, en algunas escenas, por ejemplo, observamos a Héctor Suárez
sacar una pistola a la mínima provocación, al puro estilo del cliché del macho
mexicano. En otra escena, el mismo Suárez (quien está en el lugar con su
amante) dice de su esposa, que esta “está donde debe estar, en su casa, con sus
hijos, como una santa”, así, la infidelidad es también una constante retratada
en la película.
Una película
recomendada, para tomarse Y NO en serio… al mismo tiempo. Personalmente creo
que debemos ver esta película comprendiendo el tono sarcástico y exagerado con
el que se retrata parte de un imaginario colectivo
mexicano que parece prevalecer hasta nuestros días. Una película para reír y
reflexionar.
pues como que nuestra sociedad no ha cambiado mucho, no??? jajajajaja. la verdad tengo vetadas a las películas mexicanas, no importa qué ni quién me diga que son buenas e incluso haga un listado de ello. pero tendré en cuenta la sugerencia...
ResponderEliminar...gracias por el beneficio de la duda ;) Anímate!
ResponderEliminarSin olvidar que en el mosaico (o mexicanísimo mural de la mano del siempre atento Alcoriza) hay un matrimonio de lujo, encarnado por Gloria Marín y Pancho Córdova, que, al final, nos ayuda a recordar, de otra manera El Son de la Negra que acompaña el regreso de este viaje farsa al diario acontecer de la capital de los claxonazos y las mentadas. Felicidades
ResponderEliminarAlgun enlace actualizado?
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