Por: Laura Rosales
Debes saber
que si Dios deja de mirarnos no seremos
Saber que si somos
es por que Dios nos mira
Y debes saber
también, que cuando yo te mire serás para mí
Y yo seré para
ti cuando tú me mires. DÉJAME
Déjame mirarte
Y ser
Y que seas
Los antecedentes
Dicen
que Samuel Beckett era un hombre culto, hasta el tuétano. Para muchos, su obra podrá
parecer oscura e inaccesible; para otros será un anzuelo constante, una máquina
de generar preguntas. Pablo Sigg, especialista en la obra poética de Beckett, ha
buscado desentrañar la poesía del irlandés a través de una Guía crítica de la poesía de Samuel Beckett, publicada en México
(2004), por la UNAM. A través de esta guía, Sigg nos muestra, renglón a
renglón, una cantidad interesante de referencias bíblicas e históricas de las
que Beckett echa mano para construir sus poemas. Film, la obra de la que nos ocuparemos a continuación no es la
excepción y tiene un trasfondo complejo, que hace referencia a una propuesta
filosófica.
Este
corto, rodado en 1965, representa la primera y única realización
cinematográfica de Beckett, luego de que su interés por el cine comenzara en la
década de los veinte, cuando intentó estudiar con S. M. Eisenstein en Moscú. Es
conocida la anécdota de que Beckett envió a Eisenstein una carta de
presentación tratando de saber si sus intenciones eran viables. Eisenstein
nunca recibió, o bien, nunca respondió la carta.
El
planteamiento que inspira a Beckett para realizar el cortometraje Film es el propuesto por el filósofo
irlandés Georges Berkeley: “Ser es ser percibido”, frase a través de la que
Berkeley propone que todo lo que existe es percibido, y sólo lo que es
percibido existe.
Vayamos
a las fuentes: en 1710 George Berkeley publica su Tratado sobre los principios del conocimiento humano, en cuya
introducción puede leerse:
Quien preste atención a lo que quiere
decirse con el término existir cuando este se aplica a cosas sensibles, creo
que podrá obtener un conocimiento intuitivo de esto. La mesa en la que escribo
–digo- existe; esto es, la veo y la siento. Y si estando yo fuera de mi estudio
dijera que la mesa existe, lo que yo estaría diciendo es que, si yo entrara de
Nuevo en mi estudio, podría percibirla, o que algún otro espíritu está de hecho
percibiéndola. “Había un olor”, esto es, fue olido; “había un sonido”, es
decir, fue oído; “había un color, una figura”: es que fueron percibidos por la
vista o por el tacto. Esto es todo lo que yo puedo entender cuando se emplean
éstas y otras expresiones semejantes. Pues lo que se dice de la existencia
absoluta de cosas impensadas, sin relación alguna con el hecho de ser
percibidas, me resulta completamente ininteligible. Su esse es su percipi; y no
es posible que posean existencia alguna fuera de las mentes o cosas pensantes
que las perciben.
Beckett
debió leer el Tratado y reflexionar
en torno a éste, ya que en las generalidades del guión original de Film, anota:
“Esse est percipi (Ser es ser percibido).
Suprimida toda percepción extraña, animal, humana, divina, siendo mantenida la
autopercepción (…) Hasta el final del film no quedará claro que el percibidor
que persigue no es algo extraño, sino el yo”
Es
inútil discutir aquí acerca de la verdad o falsedad de la frase propuesta por
Berkeley; el mismo Beckett anota, también en el guión de Film, que el hecho de que empleé la frase no significa que la
valore como verdadera, sino que más bien recurre a ella debido a una “simple
conveniencia estructural y dramática”. Lo que debemos tomar en cuenta aquí es
que la frase es importante para completar la reflexión que Beckett comparte con
nosotros a través de su obra.
Es
importante comprender que la incursión de Beckett en el cine, y en general en
los medios audiovisuales (también escribió y dirigió para televisión), es el
resultado de una búsqueda por reducir al máximo el lenguaje hablado “por qué no meramente perder toda esperanza
en el derramamiento de palabras”, se pregunta el Beckett de Cascando, y es que,
como ya mencionó Jenaro Talens en su ensayo Signifique
quien pueda o la voz de qué amo, “En la medida en que decir no muestra sino
oculta (…) el silencio Beckettiano no tiende a la nada, sino a la
representación”, y Beckett encuentra en los medios audiovisuales la
herramienta perfecta para eliminar casi por completo el lenguaje hablado y
comunicar a través de la representación. Film
es un corto completamente mudo, salvo un Shhh!, en su primera parte.
Importante
mencionar: Buster Keaton es el personaje principal de esta obra, sin embargo no
fue la primera opción de Beckett, el dramaturgo pensó antes en el actor cómico
Zero Mostel (El violinista en el tejado,
Los productores), y en Jack McGowran quien había representado algunos
papeles en teatro para Beckett, en las obras Esperando a Godot y Fin de
partida. Ante la negativa de estos actores Beckett recurrió a Keaton.
La obra
La
pieza se divide en tres partes: 1. La calle (aproximadamente 8 minutos), 2. La
escalera (aprox. 5 min.), 3. La habitación (aprox. 17 min.).
1. La calle
Un
hombre camina apresuradamente por una calle. Huye de algo, choca con una
pareja, los evade, sigue huyendo; bastan unos segundos para darse cuenta de que
el hombre está huyendo de la cámara que lo observa.
2. Las escaleras
El
mismo hombre está en el interior de un edificio, sigue huyendo, sube unas
escaleras y se encuentra con una florista. La florista cae al suelo. Nuestro
personaje sigue huyendo y llega a una habitación.
3. La habitación
Dentro
de la habitación, el hombre comienza a “eliminar” todo aquello que “pudiera
percibirlo”: un perico, un perro, un
gato, un pez, un dibujo de Dios… hasta que no queda nada.
Finalmente
se sienta en una mecedora y comienza un vaivén hasta quedarse dormido. De pronto,
la cámara, que hasta ahora se había mantenido siempre detrás del personaje,
gira y queda de frente a éste… el hombre abre ojos y se horroriza al darse
cuenta de que quien lo ha perseguido/percibido (la cámara), es alguien a quien
conoce muy bien, y del que solo hay un modo de deshacerse.
Un
corto recomendado ampliamente.
Si
quieren saber más sobre Film, les
recomiendo Teatro reunido, un libro
editado por Tusquets, en su categoría
Marginales, en el que podrán revisar
el guión original de esta historia y diagramas explicativos hechos por el mismo
Beckett… además de una muy buena dosis de teatro Beckettiano.