Por: Edgar Meritano
“Keaton siempre decía que no cree en Dios pero le
teme,
pues yo no creo en Dios y a lo único que le temo es a Keyser Soze”. Verbal
Kint.
El cine Hollywoodense muchas veces es despreciado por
la crítica o por los analistas señalándolo como un producto cultural de baja
calidad, manufacturado ex-profeso para entretener a grandes públicos con fines
exclusivamente taquilleros o palomeros. Esta circunstancia es también
consecuencia de un aparato de negocios monstruoso que muchas veces privilegia
la forma al guión dándonos un espectáculo visual sin absolutamente ningún
sentido.
Recuerdo la expresión en el rostro de la señorita
@zhela_yorke en el momento que me preguntase: -¿Quién es el director de Sospechosos
Comunes?-. -Bryan Singer- respondí. Pausa incomoda, cara de incredulidad, se
notaba en el rostro la pregunta no expresada “¿De verdad me esta recomendando
una película de Singer…, el infame director de Superman Returns y las afortunadas pero domingueras primeras dos
entregas de X Men?”. -Si, Bryan
Singer-, afirmé.
Y es en esta circunstancia que no todo lo que brilla
es oro, por lo que no todo lo Hollywoodense debe estigmatizarse como palomero,
debemos recordar que el mismo aparato industrial nos ha dado Alien: el Octavo Pasajero, El Imperio Contraataca o Inception; todas producto de esta
maquinaria que pareciera sólo quiere nuestro dinero, pero a cambio, de vez en
cuando, nos entrega una que otra maravilla sin que el director tenga demasiadas
letras K’s en su nombre. Tal es el caso de Sospechosos
Comunes, película que está por alcanzar la mayoría de edad y es dirigida,
sí, por Bryan Singer; personaje que antes de dedicarse a dirigir efectos
especiales, sabía encabezar un proyecto cinematográfico.
Sospechosos Comunes se
gesta en la temática del género Noir, género que en su tratamiento denota la
herencia del Western. El legado se ve representado primordialmente en las figuras
de policías y ladrones -que sustituyen a los cuatreros y los Sheriffes del
Western-. Si bien, en su momento el Noir florece a partir de la influencia del
Western, también emerge de factores como el crimen organizado en Estados Unidos
y el movimiento fotográfico expresionista alemán, cuyas características aluden
al uso de texturas, claroscuros y altos contrastes para agregar dramatismo y
misticismo a la historia. La película de Singer juega con estos elementos -y
aunque no responde directamente a la mística fotográfica propia del género-, sí
logra desarrollar todo un misterio alrededor de un personaje velado en misterio:
Keyser Soze.
Entretejiendo una filigrana que responde al misterio
clásico del Noir, Singer nos introduce al mundo de cinco hampones de las
grandes ligas que son capturados y encarcelados en una delegación de policía
para su identificación en relación a un crimen cometido. Los hampones saben que
ahí hay algo raro, no es común que sean aprehendidos para interrogatorio e
identificación cinco mafiosos de alto rango; generalmente la policía captura al
que sabe que es el sospechoso y a otros cuatro vagos. El resultado de juntar a
estos cinco grandes delincuentes es obviamente una colaboración grupal para
cobrar justa venganza con la policía; sin embargo, el meollo del asunto se
centra en un barco lleno de drogas que explotó en Los Ángeles, 90 millones de
dólares desaparecidos, una serie de misteriosos asesinatos y un posible testigo
que afirma que puede describir e identificar a un tal Keyser Soze.
El guión de esta película es simplemente perfecto, el
recurso del flashback para contar una historia durante un interrogatorio, nos
permite tener en claro que esos cinco hombres son personas que nunca se
doblarían por nadie. Delincuentes con la voluntad más grande que Hollywood ha
visto desde El Padrino, fotografía impresionante
y actuaciones de Kevin Spacey, Gabriel Byrne, Benicio del Toro y Stephen Baldwin
simplemente insuperables; hacen de este trabajo fílmico la obra maestra de
Singer.
Película esencial en toda filmografía noventera y que
evoca un tiempo mejor donde se dedicaba más tiempo a la pluma y menos al After
Effects. En efecto Bryan Singer sabe dirigir y lo hace de la manera más
magistral en este caso.
¡Ya la quiero ver! Ya quiero tener cara de sorpresa. Que manera tan rica de acercar al filme. Desde que vi The Man Who Wasn't There de los Cohen Bros supe que el cine noir había dado un revuelo en cuanto a detectives y acción se refiere. Después de Brazil, será mi próxima adquisición.
ResponderEliminaresta película es oficialmente el mejor guión que he visto en mi vida
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