lunes, 29 de octubre de 2012

Usual Suspects (1995)





Keaton siempre decía que no cree en Dios pero le teme,
 pues yo no creo en Dios y a lo único que le temo es a Keyser Soze”. Verbal Kint.



El cine Hollywoodense muchas veces es despreciado por la crítica o por los analistas señalándolo como un producto cultural de baja calidad, manufacturado ex-profeso para entretener a grandes públicos con fines exclusivamente taquilleros o palomeros. Esta circunstancia es también consecuencia de un aparato de negocios monstruoso que muchas veces privilegia la forma al guión dándonos un espectáculo visual sin absolutamente ningún sentido.

Recuerdo la expresión en el rostro de la señorita @zhela_yorke en el momento que me preguntase: -¿Quién es el director de Sospechosos Comunes?-. -Bryan Singer- respondí. Pausa incomoda, cara de incredulidad, se notaba en el rostro la pregunta no expresada “¿De verdad me esta recomendando una película de Singer…, el infame director de Superman Returns y las afortunadas pero domingueras primeras dos entregas de X Men?”. -Si, Bryan Singer-, afirmé.

Y es en esta circunstancia que no todo lo que brilla es oro, por lo que no todo lo Hollywoodense debe estigmatizarse como palomero, debemos recordar que el mismo aparato industrial nos ha dado Alien: el Octavo Pasajero, El Imperio Contraataca o Inception; todas producto de esta maquinaria que pareciera sólo quiere nuestro dinero, pero a cambio, de vez en cuando, nos entrega una que otra maravilla sin que el director tenga demasiadas letras K’s en su nombre. Tal es el caso de Sospechosos Comunes, película que está por alcanzar la mayoría de edad y es dirigida, sí, por Bryan Singer; personaje que antes de dedicarse a dirigir efectos especiales, sabía encabezar un proyecto cinematográfico.


Sospechosos Comunes se gesta en la temática del género Noir, género que en su tratamiento denota la herencia del Western. El legado se ve representado primordialmente en las figuras de policías y ladrones -que sustituyen a los cuatreros y los Sheriffes del Western-. Si bien, en su momento el Noir florece a partir de la influencia del Western, también emerge de factores como el crimen organizado en Estados Unidos y el movimiento fotográfico expresionista alemán, cuyas características aluden al uso de texturas, claroscuros y altos contrastes para agregar dramatismo y misticismo a la historia. La película de Singer juega con estos elementos -y aunque no responde directamente a la mística fotográfica propia del género-, sí logra desarrollar todo un misterio alrededor de un personaje velado en misterio: Keyser Soze.
Entretejiendo una filigrana que responde al misterio clásico del Noir, Singer nos introduce al mundo de cinco hampones de las grandes ligas que son capturados y encarcelados en una delegación de policía para su identificación en relación a un crimen cometido. Los hampones saben que ahí hay algo raro, no es común que sean aprehendidos para interrogatorio e identificación cinco mafiosos de alto rango; generalmente la policía captura al que sabe que es el sospechoso y a otros cuatro vagos. El resultado de juntar a estos cinco grandes delincuentes es obviamente una colaboración grupal para cobrar justa venganza con la policía; sin embargo, el meollo del asunto se centra en un barco lleno de drogas que explotó en Los Ángeles, 90 millones de dólares desaparecidos, una serie de misteriosos asesinatos y un posible testigo que afirma que puede describir e identificar a un tal Keyser Soze.
El guión de esta película es simplemente perfecto, el recurso del flashback para contar una historia durante un interrogatorio, nos permite tener en claro que esos cinco hombres son personas que nunca se doblarían por nadie. Delincuentes con la voluntad más grande que Hollywood ha visto desde El Padrino, fotografía impresionante y actuaciones de Kevin Spacey, Gabriel Byrne, Benicio del Toro y Stephen Baldwin simplemente insuperables; hacen de este trabajo fílmico la obra maestra de Singer.
Película esencial en toda filmografía noventera y que evoca un tiempo mejor donde se dedicaba más tiempo a la pluma y menos al After Effects. En efecto Bryan Singer sabe dirigir y lo hace de la manera más magistral en este caso.



2 comentarios:

  1. ¡Ya la quiero ver! Ya quiero tener cara de sorpresa. Que manera tan rica de acercar al filme. Desde que vi The Man Who Wasn't There de los Cohen Bros supe que el cine noir había dado un revuelo en cuanto a detectives y acción se refiere. Después de Brazil, será mi próxima adquisición.

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    1. esta película es oficialmente el mejor guión que he visto en mi vida

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