La muerte de
Pina Bausch hizo de Pina un homenaje
no tanto a la vida como a la obra y al enorme genio y la profundidad
intelectual y espiritual de la coreógrafa, homenajeando a la danza
contemporánea como arte vivo y vital y al cuerpo como extensión expresiva del
alma humana. Son los
bailarines de la compañía Tanztheater Wuppertal, fundada por Pina, quienes dan cuenta
de la concepción sobre la danza que tenía su directora; dejándonos ver, de
múltiples maneras, su propio universo creativo y su capacidad para penetrar y
transformar el alma y la vida de cada uno de ellos. La grandeza de
Pina radica en la fusión de dos
genios y dos artes geniales: Wenders-Bausch, danza-cine 3D. Y es aquí a donde
quería llegar.
Tengo que
decir primero que no soy entusiasta del 3D (salvo algunos fragmentos de ciertas
películas, como el caso del primer documental en 3D La cueva de los sueños olvidados de Herzog, que en mi opinión vale
más por lo abrumador del tema que por las cuestiones técnicas), y no es mi
intención discutir aquí las razones. Diré solamente que no me cuadra la
realidad representada con ese volumen y esas proporciones. Dicho lo
anterior, diré ahora que no existía otra manera de filmar Pina que no fuera en 3D. A pesar de la
bidimensionalidad de la pantalla, las imágenes cinematográficas bien logradas
no carecen, en apariencia, de volumen. La tercera dimensión que ofrece la
tecnología llamada 3D representa una tridimensionalidad falsa, distinta a la
real y a la del cine convencional, pero, para algunos, más espectacular e
impactante, efectiva con algunas imágenes más que con otras.
Pero en Pina esa tridimensionalidad va mucho más
allá de las intenciones de impacto y
espectacularidad: el 3D en Pina se
vuelve recurso consciente del lenguaje cinematográfico, y Wenders parece
utilizar su falsedad para explorar, de una manera totalmente distinta y desde
otro ángulo, el espacio, el movimiento y la geometría en las obras de Pina
Bausch. Totalmente distinta en el sentido de que no asistimos, claro está, a
una representación de danza, pero tampoco, y esto es menos obvio, a una
proyección de danza filmada. Asistimos a un espectáculo que revalora los alcances del cine como lenguaje y arte y
que, además, nos mueve con agudeza a mirar de otro modo la danza; espectáculo
que amaga, por su carácter revolucionario, con dejar de ser simplemente cine,
poniendo los cimientos de un espectáculo nuevo.
me encantó la puntualidad de la intervención digital en la maqueta
ResponderEliminarYo no pude ver PINA.
ResponderEliminar¿Saben si se puede conseguir en DVD?
No sé que tan fácil sea adquirirla.
Buen texto!
Lo que los tiempos (y los tempos) nos permitan para llegar, a pie o a caballo a la verdad de las imágenes...
ResponderEliminarhttp://cinemanchas.blogspot.mx/2012/05/danzar-danzar.html?showComment=1361484297236