sábado, 31 de agosto de 2013

Aurora del atardecer (Nila Guiss, 2013)



     Hacer cine, ¿qué necesidad? Seguro que Nila Guiss tiene una respuesta interesante. El martes 20 de agosto presentó Aurora del atardecer, una película de corto metraje ambientada en el Estado de México. La sala 10 de la ya no tan recién remodelada, pero aún incompleta, Cineteca Nacional estaba atiborrada, de hecho más de uno se quedó sin entrar.


     Si algo quedó claro antes de iniciar la proyección fue la habilidad y disposición de Nila como directora: micrófono en mano coordinó el siempre complicado asunto de acomodar a cada quien en su respectivo asiento, para no desperdiciar ni uno solo de los escasos lugares. 

   
   Tras una breve presentación, inició la proyección de la cinta. Un jocoso y distraído chofer de autobús atropella a una pequeña y a su madre en una parada rural de autobuses. El chofer huye mientras puede hasta que su destino lo alcanza. Una mujer afronta la soledad y la muerte de esas mujeres, víctimas del fatal accidente. El recuerdo de las víctimas habita hermosos y misteriosos paisajes, los paisajes de la memoria, quizá. 
    Del mismo modo que la directora logró acomodar a cada uno en su asiento antes de la proyección, habría logrado acomodar cada pieza para obtener una película de calidad indiscutible. Un elenco talentoso encabezado por el experimentado Silverio Palacios. Calidad de imagen irreprochable. Buena música, con tema original incluido. Una historia redonda, bien contada. ¿Un tanto sobre actuada en un par de secuencias? Sí, posiblemente. ¿Algunas notas dramáticas ligeramente forzadas? Posiblemente también.


     Al finalizar la película se proyectó el making of de Aurora del Atardecer. Conocer la sinuosidad del proceso de realización no demerita o engrandece una película, porque la película es el resultado en pantalla, no más, no menos. Sin embargo, con el making of, lo que sí se enriquece es el panorama general que cada espectador tiene sobre el quehacer cinematográfico en general y sobre las condiciones locales en particular. ¿Qué decir del proceso específico de esta película? Lo que se puede decir de otros tantos proyectos mexicanos: no fue fácil, pero se logró gracias al talento y la entrega de un sólido y apasionado equipo de trabajo. Hacer cine ¿qué necesidad? No hay necesidad, hay corazón.
 Nila Guiss y algunos de sus cómplices hicieron uso del micrófono para agradecer los apoyos invaluables que recibieron. También dejaron en claro que Aurora del Atardecer no será su debut y despedida.
     Un lluvioso coctel alrededor del mítico cubo de la remozada Cineteca Nacional cerró el evento. La impertinente lluvia no planeaba cesar esa noche. Eso no impidió que espectadores, amigos, familiares y miembros del equipo se agasajaran con una rebanada de pizza, cerveza artesanal o un cálido mezcal. En todo caso, el cine siempre se comenta mejor al calor de los tragos.






jueves, 8 de agosto de 2013

El futuro del cine


                                                                                                                                              Por: Edgar Meritano

Muchas películas de ciencia ficción refieren al futuro, es un tema recurrente del cine desde la clásica Metropolis de Fritz Lang (Alemania, 1927). Varios temas conciernen al cine futurista: inteligencia artificial, viaje interestelar, medios de transporte, etc., todas proyecciones de la tecnología que en ese momento se vive, esas proyecciones tecnológicas generalmente se hacen realidad, parcial o completamente.


Sin embargo, el futuro tiene otro tema recurrente que es más sutil que los mencionados y éste es el entorno donde las circunstancias futuristas se desarrollan, el cual tiene dos facetas: la ciudad futurista y la sociedad devastada
Siendo fan de las películas de ciencia ficción he encontrado de manera empírica que en realidad dos películas marcan su influencia visual en ambos entornos; si de ciudad se trata hablamos de Blade Runner de Ridley Scott (EUA, 1982). Por otro lado, si de la sociedad devastada se trata, la referencia inmediata es Madmax de George Miller (Australia, 1979).

Es impresionante como estas dos películas influyen al cine de manera visual, Blade Runner marcó el tono de la ciudad del futuro, si hablamos de una sociedad futurista esta responderá a las líneas visuales que Blade Runner marcó, ciudades oscuras y decadentes, autos voladores, entornos urbanos enmarcados en luz neón y neblina densa que no se sabe si es vapor de agua o contaminación condensada. En realidad, pocas películas después de Blade Runner ven de otra forma el futuro, estoy pensando tal vez en Minority Report de Steven Spielberg (USA, 2002) que pone un futuro un poco más luminoso y se aleja un poco de Blade Runner, pero tampoco demasiado. Sigue siendo ese futuro imperfecto. Blade Runner permea cada película futurista desde 1982, podríamos decir que en realidad las películas con ciudades en el futuro ocurren en el mismo futuro que Blade Runner marcó visualmente.


Por otra parte tenemos el futuro Mad Max, esta película marca un futuro postapocalíptico con las sociedades colapsadas, con los protagonistas siempre caminando en un páramo infértil, un desierto hostil donde enfrentarán retos posiblemente impuestos por el resto de los sobrevivientes, existe el acceso a la tecnología la cual es reciclada de un pasado y retocada con una intención cyberpunk.
 De Terminator (James Cameron, 1984), pasando por Waterworld (Kevin Reynolds, 1995), Book of Eli (Albert y Allen Hughes, 2010) y llegando a Oblivion (Joseph Kosinski, 2013) el futuro que Mad Max plantea está presente en el estándar visual que marcó, siempre que la sociedad humana haya decaído de alguna forma Mad Max vivirá.
 De esta forma podemos concluir que el futuro en el cine sólo tiene 2 líneas posibles, o viviremos en ciudades verticales donde lo mismo toparemos un Blade Runner que al agente Dredd, o si sobrevivimos, viviremos lo suficiente para cuidar de nuestras vidas en un desierto hostil e infértil donde encontrar a cualquier otro humano es un peligro.